Germán
Arrascaeta
En la apertura del
festival la plaza Próspero Molina colapsó.
15 mil personas, según fuentes de la organización
(13.500 entradas vendidas más 1.500 invitaciones),
cifra en la que coincidieron las fuentes policiales, la
llenaron y ofrecieron un marco ideal para el desfile musical.
Las entradas se agotaron temprano, pero se dispuso la
venta de dos mil más a las 22 como respuesta a
algunos disturbios generados por un grupo que pretendió
ingresar sin localidades. A la madrugada cerraban Los
Piojos.
Aunque contó con un desfile musical atractivo,
la apertura de la segunda edición del Cosquín
Rock se desarrolló en un marco de cierta tensión
como consecuencia de algunos desbordes generados a partir
del agotamiento de la taquilla. Es que alrededor de
las siete de la tarde, la Plaza Próspero Molina
se llenó hasta el límite, mientras un
número similar deambulaba por las calles aledañas,
según informó la fiscal María Alejandra
Hillman.
Para descomprimir algunos incidentes, que arrojaron
el saldo de 15 detenidos y tres uniformados lastimados,
según dichos del comisario Inspector Miguel Martínez,
titular de la Unidad Regional 3, la organización
dispuso a las 10 de la noche la venta de 2000 entradas
más. Las corridas se produjeron cuando unos pocas
personas (50 ó 70, según el cálculo
de la policía) sin entradas intentaron acceder
de cualquier manera. Esa situación, más
el nerviosismo de algunos efectivos, operó como
un cóctel que desembocó en encontronazos
entre grupos de jóvenes y efectivos policiales.
Los de mayor envergadura se produjeron en las esquinas
de Corrientes y Tucumán, y Corrientes y San Martín.
Allí, grupos tiraron piedras y botellas y los
efectivos policiales respondieron con disparos de balas
de goma. Por ese motivo, 12 jóvenes fueron atendidos
en el Hospital Armando Cima e inmediatamente dados de
alta. Otro gesto de reacción de la organización
del Festival tuvo que ver con la instalación
de una tercera pantalla gigante (ya había dos)
en la plaza frente a la confitería Munich, labor
que se estaba realizando al cierre de esta edición
y estará lista para hoy.
En lo que respecta a lo artístico, lo ofrecido
en este nuevo Cosquín Rock fue atractivo y homogéneo.
El desfile de bandas comenzó a las seis menos
cuarto de la tarde, cuando subió a escena el
grupo neuquino Los Nietos de Báez y prosiguió
con los coscoínos de 3D, los rosarinos de Scarps,
los cordobeses de Bastarddos y los bonaerenses de Bangladesh.
Luego le tocaba el turno a la primer banda grande:
Tipitos. Pero el colectivo que los transportaba se demoró
y eso generó un gran bache en la programación.
Al cierre de esta edición, Ciro Pertusi, de
Attaque 77, cantaba la expresión un poco
de suerte/ para el pobre. La frase pintaba las
sensaciones reinantes en este festival, que largó
con un lleno total, que continúa hoy también
con certeza de localidades agotadas (cierra Divididos
y vuelve Riff) y que termina mañana con Charly
García artísticamente desmesurado.
Pertusi acertaba: ¿qué es el Cosquín
Rock sino un festival para matar penas y alentar diversión
cuando todo esta casi perdido? Un rato después,
estaba previsto el pongo más grande de
Argentina. De esa manera se ha caracterizado a
los conciertos de Los Piojos, banda que canta Yo
le pido a San Jauretche /que nos traiga buena leche...,
en la voz de Andrés Martínez, siempre
al frente de la banda que movió ella sola a casi
toda la concurrencia de anoche.
Precisamente, el desafío para los que estuvieron
antes de Los Piojos fue entretener a la multitud o distraerla
mientras se acercaba el summum del rock nacional y popular,
de banderas y bengalas encendidas. Aunque siempre se
espera abucheos, pulgares abajo y tiro al pichón
cuando parte del público no es afín al
grupo esperado, anoche prevaleció la tolerancia.
Cabezones pudo desarrollar su heavy sónico y
sentimental, Dos Minutos sacar a relucir su prosa anti
- yuta (policía, en el lenguaje carcelario)
y El Otro yo Demostrar que, cuando el rock electrocuta,
nada ni nadie puede mostrarse indiferente.
Ronda rockera
Bastarddos solidarios. Al terminar su concierto, los
miembros del grupo punk Los Bastardos se acercaron hasta
el pogódromo (espacio sin butacas) y le acercaron
agua mineral a sus fans.
Todas las productoras. Las más importantes realizadoras
de espectáculos nacionales cantaron presente
en Cosquín: Pop Art, CIE Rock & Pop y Booking,
etc.
En avión privado. Charly García llegará
a Córdoba en un jet particular, según
informaron los organizadores. En la aeronave, también
vendrían algunos de sus invitados y parte de
su banda.
Los chicos están bien. La Municipalidad de Cosquín
no consiguió, como estaba previsto, el vallado
para cercar la plaza, pero eso no impidió que
el acceso sea prolijo. La policía hizo formar
fila, lo chicos obedecieron y a la hora señalada
(las cinco de la tarde) la multitud empezó a
colmar la plaza Próspero Molina.
Callejón, cronista. La actriz María Fernanda
Callejón, que en el 2001 se reveló como
una mala de aquellas en la novela Enamorarte,
le solicitó a la organización una credencial
de prensa para cubrir el Cosquín Rock. La morocha
es la enviada del programa El Bissio de la semana (TV
10) y su misión en realizar un completo informe
para el programa del lunes.
Teté, de visita. Teté, el bajista del
grupo La Renga, llegó en carácter de espectador.
Aunque su banda es renuente a actuar en festivales,
el barbado músico dijo presente.
Fuente:
Diario La Voz del Interior (http://www.lavozdelinterior.com)
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