La
Nueva Provincia
Con mayoría de adolescentes en
el público, tocaron para unas mil personas en
Josué Disco Pub, el viernes a la noche. Presentaron
oficialmente en Bahía Blanca el disco en vivo
Trapos
Todo cambia y Attaque 77 sigue desestereotipando su
música nacida al abrigo, básicamente,
de Los Ramones. Los intentos vienen desde hace algunos
añitos y alcanzaron su primer pico de reconocimiento
con Otras canciones , el disco de covers
versionados, anterior a Radio Insomnio y Trapos.
Igualmente, tampoco hay mucho espacio para el misterio.
La estética visual es la misma, la de banda de
barrio que toca un rock callejero despojado de
arreglos y chiches, pero que se fortalece en lo directo
de su fórmula de cantante-segundo guitarrista
haciendo acordes, otro violero encargado de casi todas
las melodías, riffs y solos, y una base
de bajo y batería que sostiene con la mayor furia
posible los compases de cuatro por cuatro. Sobre eso,
letras concretas sin pretensiones de lirismo.
La diferencia es que ahora tratan de meter más
variantes. La incorporación de un buen tecladista
--"El tucán" Bosa, ex Juana la Loca--
aparece como una declaración de (nuevos) principios.
Y las remakes de temas cuadradotes como El cielo
puede esperar, Donde las águilas se atreven
o Hacélo por mí , por versiones
más estilizadas dan a entender que no reniegan
del pasado pero que hoy la mirada es distinta.
Canciones como ésas, más alguna otra de
aquellos días de under, repentina gloria
e intento de volver a las fuentes, como Ladrón
del álbum Todo está al revés
, se intercalaron con Soy rebelde, Dame fuego,
El jorobadito, Amigo-White trash, 5
estrellas y No me arrepiento de este amor.
De estas dos últimas, la primera fue de lo mejor
del recital y la segunda de lo más festejado.
El show duró una hora y 35 minutos, y como teloneros
de Ciro Pertusi, Mariano Martínez, Luciano Scaglione
y Leo de Cecco, estuvieron Ubika (Mar del Plata) y Cundey
Molen (Bahía Blanca).
Emociones primarias
Ya de arranque, había algo que sonaba raro:
Attaque 77 tocaba en Josué --la razón
probable es que se trata de un reducto al que suelen
ir chicos de 15 a 18 años, target del
público de Attaque-- aunque habían venido
en enero del '99 a otro boliche, El Cielo.
Esa vez eran bastante menos los pibes que fueron a ver
la presentación de Otras canciones . Anteanoche,
llenaron.
También sonó "raro" de a ratos
el recital. Por momentos demasiado pronunciados, se
apagaban en los baffles de salida el bajo y/o las guitarras
y se escuchaba sólo lo que tiraban los equipos
desde el escenario.
Pero esas pinchaduras difícilmente contagiaban
a los de abajo, un grupo de unos mil pibes que embanderaron
la pasarela en forma de "L" del primer piso
de la disco y que no se cansaron de pedir temas
de los nuevos y varios de la primera época, allá
por el ocaso de los '80 y albores de los '90, cuando
la mayoría de esas caras adolescentes empezaba
la escuela primaria y otras todavía no.
Fuente:
Diario La nueva Provincia.com (http://www.lanueva.com)
|