Sebastián
Espósito
Recital de Attaque 77. Músicos: Ciro
Pertusi en voz y guitarra, Mariano Martínez en
guitarra, Luciano Scaglione en bajo y Leonardo Di Cecco
en batería. Invitado: Tucán en teclados.
El sábado, en el Estadio Obras. Nueva función,
mañana, a las 22. Nuestra opinión: muy
bueno.
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Pertusi dedicó el
show a la memoria de Joey Ramone
Fotografía: Marcelo Gómez/LA NACION
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Con un Estadio Obras prácticamente desbordante,
el cuarteto que lidera Ciro Pertusi dejó en claro
que registrar un disco en vivo es cosa seria. Pensado
hasta el mínimo detalle, en el seno de la banda
primero surgió la idea de pedirles a sus fans
que enviaran sus banderas para realizar con ellas la
escenografía del estadio y el consecuente arte
del álbum. Luego, casi una obviedad, apareció
el término futbolero "Trapos" para
dar nombre al disco y, finalmente, la decisión
de tocar una extensa lista de más de 30 temas
para decantar en los 18 mejores.
Impaciente. Así se lo veía al público,
que había llegado, en su mayoría, desde
las distintas localidades del conurbano bonaerense.
Casi una hora antes ya no había clima en la puerta
de Obras. Todos adentro, saltando, cantando y acompañando
con respeto el set de la única banda telonera,
Katarro Vandálico, grupo de punk rock cuyo primer
disco fue producido por el guitarrista de Attaque 77,
Mariano Martínez.
A los costados, a ambos lados del escenario y cubriendo
el telón de fondo, los trapos, esa escenografía
extraoficial que aporta la gente en cada recital y que
fue en este caso una intensa protagonista. Porque, a
estas alturas, el cuarteto que surgió en el bajo
Flores no intenta ocultar la relación entre el
clima de sus shows y el ambiente del fútbol,
pero lo hace reproduciendo sólo los ritos festivos
y procurando dejar en claro que aquí no hay un
rival del otro lado de la cancha, sino un equipo poblado
de jugadores que van al frente.
Paradójicamente, aquí la palabra aguante
no tiene lugar, porque la propuesta no es la de soportar
algo, sino la de disfrutar de un concierto que durará
dos horas, tendrá matices, algunas sorpresas
y un cuidado meticuloso en la interpretación.
En busca del mejor sonido
Casi sobre el final de la noche, Mariano Martínez
se vio obligado a aclarar que la pulcritud, esa insistencia
por sonar siempre afinados, se debía al registro
en vivo, como si se tratara de una disculpa. Es que
hace tiempo que Attaque 77, banda salida de la cantera
inagotable del punk rock local, se despegó de
sus comienzos y se entregó al crecimiento. Sin
embargo, por energía y entrega, el término
sigue siendo hoy el que mejor define su música.
Papelitos, bengalas y un comienzo arrollador con "Perfección",
"El cielo puede esperar", "Cuánta
cerveza" y "El perro". Recién
después de ese paquete Ciro saludó al
público y, en menos de diez segundos, ya estaba
siguiendo con la rutina prevista: "El jorobadito",
más tarde "Cambios" y luego "Estrellas",
para producir el primer cimbronazo de la noche. Después
de un descanso en el que subieron a escena representantes
de la agrupación Hijos, Ciro y compañía
arremetieron con "Canción inútil",
tema que habla de los desaparecidos y de la lucha de
aquella agrupación.
"De más está decir que le dedicamos
el recital a un grande, al loco Joey, porque gracias
a los Ramones nosotros empezamos a tocar y estamos hoy
acá." La referencia de Ciro a la muerte
de Joey Ramone, esperada por todos desde el principio,
derivó en un aplauso cerrado y en un espontáneo
"y Joey no murió", salido desde la
popular y seguido por todo el estadio.
De ahí, a dos de los temas más ramoneros
de los comienzos de la banda: "Hacelo por mí"
y "Gil". Porque aunque Attaque eligió
para este disco en vivo (su segundo; a comienzos de
los 90 editaron "Rabioso") mayoría
de temas de "Amén", "Un día
perfecto", "Otras canciones" y "Radio
Insomnio", algunos clásicos no podían
faltar. Como una fresca versión, sobre el final,
de "Espadas y serpientes".
Con la sección de vientos de la banda Rey Gurú
en varios pasajes, el tecladista Tucán como "invitado
estable" y la presencia de Carca y el ex A.N.I.M.A.L.,
Andrés Corbalán, en un tema cada uno,
Attaque vistió estratégicamente su show
y evitó sobrecargarlo. Sin fisuras, con profesionalismo
y una claridad envidiables, manejaron la pelota y supieron
distribuirla.
Que quede claro, Attaque practica el fútbol
que le gusta a la gente. Quisieron "Amigo"
y lo tuvieron; esperaron por "Angeles caídos"
y este llegó; acompañaron la única
novedad, "El abuelo" o "Los consejos
del abuelo", según las dos variantes de
nombre que baraja la banda, y deliraron con las sorpresas:
sus versiones de "Quieres tú bailar",
de los Beach Boys, "Dame fuego", de Sandro
y "No me arrepiento de tu amor", la canción
que popularizó Gilda.
Si hasta el final fue como más de uno lo había
imaginado, con "Ya me aburrí" en furioso
punk, con Ciro por el piso como en los viejos tiempos.
Eso sí, nada de andar tirando la guitarra, porque
los años han pasado y hoy la rabia adolescente
sólo va por dentro.
Fuente:
Suplemento Espectáculos del diario La Nación
(www.lanacionline.com.ar)
27/04/2001
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