Oscar
Muñoz
22 DE ABRIL DE 2001.- No eran los mismos. Ni arriba
ni abajo del escenario. Pero la presentación de Attaque
77 en el estadio Obras, el sábado por la noche, con
localidades agotadas (hay otra función programada para
el sábado que viene) parecía una copia actualizada de
una postal del pasado. Allá lejos y hace tiempo, cuando
un cuarteto de chicos de barrio que emulaban a los Ramones
cerraban su cuarto de hora de hora de gloria grabando
un álbum en vivo en ese mismo estadio. Fue a principios
de los años 90. En el siglo pasado...
No es casualidad que Attaque haya decidido cerrar otro
ciclo grabando el sucesor de aquel desprolijo, honesto,
emblematico Rabioso! La pesadilla recién comienza. Su
público ha cambiado, pero es el mismo. Por el promedio
de edad de la concurrencia podría hablarse de un trasvasamiento
generacional, si la frase no tuviera otras connotaciones
políticas y polémicas. Pero lo cierto es que Attaque
77, que ahora debería tener a Dorian Gray como ícono
en lugar del fallecido Joey Ramone, logró sobrevivir
al recambio, manteniéndose fieles a la fórmula, digamos
mejor la intención, de ponerle letra a la rebeldía adolescente.
Han crecido musicalmente, expandiendo en otras direcciones
las limitaciones de su estilo basicamente punk rock,
encontrando aire en el reggae y en la inclusión de caños
en algunos temas más el soporte de Tucán en teclados.
Ciro Pertusi, que nunca será un gran cantante -ni le
interesa serlo, claro- se impone sobre la energía instrumental
para hacer entendibles las letras. La base rítmica suena
gruesa, sin lujos pero sin fisuras. El guitarrista Mariano
Martínez encarna a su manera el concepto de "bola de
ruido" que alguna vez identificó a Hector Starc.
Esa madurez musical, y de la otra, les permitió rescatar
de la memoria Hacelo por mi, el hit al que tanto le
deben, y paradójicamente casi los condena al éxito fugaz.
No estuvo en Rabioso!, pero seguramente estará en Trapos,
el registro de estos conciertos organizados con una
convocatoria a enviar las banderas que ya forman parte
del folklore rockero para vestir el escenario (y la
tapa del disco). Se recibieron 250, de Capital, del
interior y hasta de España, México y Chile.
Papá Joey
Por si hubieran faltado emociones, la reciente muerte
de Joey Ramone puso una cuota extra de significado a
los conciertos, que el clásico grito de guerra "Hey-Ho
Let´s go" puso de manifiesto. Ciro pronunció el nombre
del cantante de los Ramones, señalando la inspiración
que significó para Attaque cuando eran una banda de
garage que trajinaba los instrumentos a la salida de
sus trabajos de fábrica. También prometió algún cover
homenaje para la próxima fecha.
La presencia en el escenario de H.I.J.O.S., muy aplaudida
y escuchada, a pesar de que resultó un poco larga para
los tiempos de un concierto de rock, sintonizó la veta
ideológica en que ha devenido el mensaje contestario
de las letras de Ciro. Preocupaciones sociales y consignas
pensadas desde el idioma y la conciencia colectiva,
enfundadas en un nacionalismo a secas. No es poco mérito
en estos tiempos globalizados.
Fuente:
El Foco/Argentina (www.elfoco.com)
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