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 El Otro Pertusi

Sebastián Espósito

Frente al edificio donde el sello Pinhead Records tiene su oficina hay una pared a medida de las intenciones del fotógrafo de La Nación: sucia, resquebrajada, cargada de afiches pegados sobre otros afiches y un graffitti que reza Resistencia. Punk rock. Parece hecha adrede para Federico Pertusi, hermano de Ciro y miembro original de Attaque 77. Pero no. Aunque luzca un peinado acorde con el estilo que mamó, él es otro. Después de Dulce Navidad, el primer disco de Attaque, y luego de aquel compilado de nuevas bandas que se llamó Invasión 88, Federico dejó el grupo, se alejó de su hermano y se perdió en el túnel del tiempo. Pero aquel pasado mantuvo en suspenso un material inédito que ahora, con su nueva agrupación, De Romanticistas, decidió dar a conocer como Efecto Namores.

Dos empanadas de carne, un vaso de agua y a charlar. "Esto es lo primero que grabo desde aquella época -cuenta Federico-. Me decidí por este material porque me cerraba la idea de empezar por donde empecé."

El menor de los Pertusi se encarga enseguida de señalar que esto no cierra ninguna herida pero ni siquiera él tiene en claro el significado. Prefiere remitirse a asuntos más palpables. "Era muy buena la idea de registrar estas canciones inéditas, que no se perdieran. Es como un disco paralelo a Dulce Navidad. Las canciones se asemejan bastante pero suena más al quinteto original de Attaque, cuando yo cantaba en la banda. En Dulce... pasamos a ser cuarteto, con Mariano como único guitarrista y nuevo batero. Empezaba a perfilarse como otra cosa. En cambio, este disco se remite a la época del quinteto, cuando grabamos en Invasión 88".

Demasiada agitación. Fascinado por el alcohol, Federico debió alejarse de Attaque 77 por ir a contramano del resto, incluso se peleó con su hermano y estuvieron un tiempo distanciados. Formó varias bandas efímeras, como Belfast y Psicología Leprosa, pero no hizo mucho más. "No pensaba en nada profesional, ni siquiera la posibilidad de grabar un disco. Pero todo lo que hice me sirvió de experiencia."

El llama experiencia a esa gira mágica y misteriosa que emprendió en silencio, pero también a su enganche con el alcohol y las drogas. "En aquella época me entretuve muchísimo, me gustaba demasiado el alcohol. La música te altera el estado de conciencia, como el alcohol, como la droga y como el fútbol. Es muy fácil caer en el encantamiento. Pero es un engaño: las consecuencias te degradan bastante, te destruyen la cabeza y te desgastan el cuerpo."

Federico había dejado el colegio. Su madre, viuda, no pasaba por un buen momento y él y su hermano tuvieron que salir a trabajar. En un texto que acompaña al disco, unas líneas biográficas lo cuentan todo. "Ya había renunciado al secundario. El sueldo me lo gastaba en vinilos de The Clash, Damned, Ramones, Special... A fines del '86 se disuelve Cabeza de Navaja, grupo donde estaban Ciro, Daño, Leiva y Mariano, y deciden formar Namores conmigo en la voz, Ciro en bajo, Mariano y Daño en guitarras y Leiva en batería. La idea original era formar una banda de rock mogólico tipo Ramones. Cuando Ciro me lo comentó pensé que era una j... Lo miré fijo y me di cuenta de que la j... iba en serio".

En el primer ensayo de Namores, el 5 de enero de 1987, aparecieron temas como Hasta verlos muertos, El recuerdo, Qué es lo que querés lograr, material, a la larga inédito, rescatado por Federico para Efecto... Después la banda pasó a llamarse Attaque 77, nombre sugerido por él. Daño y Leiva se alejaron e ingresó Leonardo en la batería y arrancó la historia que el Pertusi mayor prefirió esquivar.

El relato tiene sus heridas, que se respiran en cada uno de los 15 temas del disco, definido como fresco por su autor. "Sólo ensayamos siete veces y enseguida nos pusimos a grabar. Ahora quiero registrar cinco discos más porque tengo mucho material acumulado. Esta vez no pienso perder el tiempo. La música la tengo en la cabeza y si no grabo no se completa el círculo. La hora de la verdad se me viene encima. Tengo que mostrar el material que compuse y quiero hacerlo en recitales atípicos, a las 4 de la tarde. Me encantaría tocar de día. Me veo salir de casa con la guitarra, con el sol a pleno. Porque la noche es bardo , es otra cosa."

Fuente: Suplemento Via Libre del diario La Nación (www.lanacionline.com.ar) 21/04/2000

 
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